jueves, 8 de noviembre de 2007

microcrítica: Chuka


"Y respetuosamente propongo:

Vista la devastación del ataque del 17 y 18 de Noviembre contra el fuerte Glendennon al mando del coronel Stuart Valois, anteriormente al mando de la 5ª brigada de lanceros en el ejército británico en la India; tan absoluta y completa, que hasta el agua en los pozos ha sido envenenada;
que el puesto sea abandonado y, que no se proceda a su recontrucción y destino de una nueva guarnición.

Los informes obtenidos de Hanu, jefe de la tribu gruerra de los Arapahoes, capturado con sus hombres el 23 de Noviembre de 1876 revelan que los planes de dicho ataque fueron estudiados durante meses y motivados por la falta de viveres, el insuficiente equipo y suministros para que pudieran sustentarse ellos mismos.

El relato de Hanu es confirmado por el hecho de haber desaparecido del fuerte todos los víveres y suministros que en él había, así como todas las armas y municiones con la sóla excepión de un revólver descubierto bajo de las escaleras.

Hanu afima que el revolver pertenecía a un paisano, según palabras de Hanu, un hombre extraño y solitario, que llegó cabalgando procedente del Norte."

Así empieza Chuka, película de 1967 dirigida por Gordon Douglas, un clásico de las pelis del oeste que antes echaban los fines de semana por la tarde.

En esta el prota es un pistolero, un asesino que se convertirá en un héroe al recordar sus tiempos mozos en el rancho con la señora de enmedio del póster.

Muy entretenida.

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