sábado, 8 de diciembre de 2007

microcrítica: Death Proof de Quentin Tarantino

Tarantino ha vuelto a hacer un homenaje a un subgénero de pelis tan americano como la tarta de manzana, las pelis de presecuciones, coches saltando por terraplenes y atravesando carteles.

Esta es la segunda parte de una sesión doble llamada Grindhouse que Tarantino (Deathproof) y su colega Robert Rodríguez (Planet Terror) se han marcado para rendir homenaje a las que asistían de pequeños.

En la calidad de imgen de Death Proof, Quentin Tarantino (esta vez también director de fotografía), intenta imitar la de las proyecciones antiguas incluyendo algunos defectos propios de aquellos años; cuentan las leyendas urbanas que incluso algunos espectadores españoles se han levantado y se han ido a la taquilla a exigir el reembloso del dinero ante el "catastrófico" y "lamentable" estado de la copia que estaban exhibiendo.

Una vez vista me resulta un ecléctica mezcla de estilos de serie B: terror, road movie y persecuciones.

Eso sí, está llena de violencia gratuita y lenguaje ofensivo por lo que no creo que guste a todo el mundo; a mí sí, bastante, pero mi favorita en este género sigue siendo Duel (El Diablo Sobre Ruedas ópera prima de Steven Spielberg de 1971).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Habrá que verla...